Valencia Basket


El València Bàsket llega a su octava final europea contra el Alba de Berlín


Nuestro querido València Bàsket vuelve a la final de la Eurocup, como ya lo hizo en 2017 (en su 30 aniversario) contra el Unicaja de Málaga. En esta ocasión se medirá ante el Alba de Berlín, que ganó al MoraBanc Andorra, que ha firmado su mejor año en esta competición bajo la batuta de Aíto García Reneses, equipo que nunca había pasado al Top 16. Los valencianos se impusieron a Unics Kazan por la vía rápida de dos partidos y ganando el último 73-79. 


El València Bàsket tendrá una nueva oportunidad de coronarse como vencedor de la Eurocup, y así conseguir su tercer título europeo después del logrado en 2010 ante el Aris de Salonica y en 2014 contra el Unics Kazan. Con esta es la octava vez que el equipo de Jaume Ponsarnau llega a una final europea. 

El 9 de abril comenzará esta apasionante final en La Fonteta, y si todo va bien el 12 conquitaremos el título en tierras alemanas, de no ser así, tendremos que esperar al tercer partido que se disputará en València el 15 de abril nuevamente en La Fonteta.


Javier Caro, redactor en València.


El Unicaja nos mató en el último cuarto de la final de la Eurocup en casa

06/04/2017




Cuando llegué al Pabellón de La Fonteta estaba con los nervios a flor de piel, un poco más y no me acreditan por problemas con la carta de acreditación. La cabina de prensa estaba llena, completamente a rebosar, de hecho, no cabía nadie y mi sitio lo ocupaba un compañero de La Opinión de Málaga. hay nque reconocer que el ambiente entre los medios locales y los malagueños fue excepcional, dando una vez más un ejemplo de porqué el basket es distinto. Los jugadores del Valencia estaban saltando al parqué cuando logré sentarme en un hueco, a mi lado Uiso Crespo (somosbasket.com) por arriba gente de Play Radio con el programa Valencesto, y Abel de Radio Deportiva Cabanyal. Ahí estábamos los de siempre, los habituales, los que hemos disfrutado y creído en este Valencia Basket, los que hemos vibrado en noches épicas contra el Hapoel Jerusalem o el Khimki. Cañonazos de fuego en sobre la pista cada vez que se gritaba el nombre de algunos de los gladiadores del equipo taronja, un mosaico con la Senyera y todo listo para la verdadera final, el partido que lo decidía todo. El partido que desempataría una final atascada para los taronja, una final que podían haber culminado en Málaga, pero por una falta de actitud y de estrategia, parecía incluso que de físico, se nos escapó dándole alas al Unicaja. Primer cuarto de infarto, con unos locales que no daban pie con bola y que solo acertaron su juego en los últimos compases, donde se les notaba más sueltos, y llegando al final del cuarto con cuatro puntos arriba (22-18). Sin la participación en ese primer cuarto de Joan Sastre, que apenas jugó en Málaga, probablemente no hubieran remontado los de Martínez, debido a que se echó el equipo a las espaldas y anotó dos triples seguidos que le dieron el espacio suficiente para que Dubjlevic comenzara un recital de triples. Había que ponerse las pilas, calentar más los motores y salir a cazar al Unicaja, que estaba en un momento de debilidad y desconcierto. Los primeros minutos del Valencia fueron electrizantes, con un ritmo muy positivo, pero como si de un sedante se tratara comenzaron a flaquear, a dejarse vencer, solo anotamos 11 puntos y el Unicaja, que no había iniciado el cuarto con fuerza, nos pasó por encima, se llevaron en gato al agua y nos ganaron el cuarto (11-12). El descanso le vino bien al Valencia, que sacó pecho con un parcial amplio, ya que el Unicaja se había quedado noqueado por la fuerza que le había puesto el Valencia. Van Rossom y San Emeterio iban a llevar la voz cantante para los taronja, el único que todavía plantaba cara por parte de los unicajistas era Diaz. Y en medio de ese cuarto llegó uno de los momentos donde el Valencia Basket perdió el 50 por ciento del partido: Rafa Martínez se revolvió ante una falta de Nedovic, y cuando estaba a punto de encararse Rafa con Nedovic, en un gesto bastante feo, Omic le cogió y lo detuvo. Al final el esloveno se fue a la calle ante la sorpresa de todo el mundo dejando un parcial de 21-13. Ese momento le vino bien al Valencia, pero también le vino mal, se relajaron demasiado de cara al último cuarto, quizás pensaban que con 11 puntos de diferencia era imposible que el Unicaja, y más como estaban, pudieran hacer algo. Pero lo hicieron. Triples, buenas jugadas, demasiados fallos en los lanzamientos por parte de los locales y llegó el momento. A 3:35 del final el Unicaja había recortado tanto la diferencia que se había colocado empatado. Y ya no se pudo hacer nada, un triple, unos tiros libres y los compañeros de la cabina, los del Málaga, estaban dando saltos de alegría, cantando y pidiéndonos perdón. Pero no había nada que perdonar, un equipo que tiene de ventaja 11 punto a falta de un cuarto, y que solo es capaz de anotar cuatro puntos y dejarse encestar 20 en ese último y decisivo cuarto, merece perder. El Valencia Basket no salió a por el partido, salió a perder, a creer que con la renta era suficiente, a pensar que ya estaba hecho (4-20). Como dijo Joan Plaza, técnico del Unicaja, en el primer partido delante de la prensa: “el deporte se merece un tercer partido”, y apunto yo: el Unicaja se merecía la copa. En definitiva, la segunda copa que perdemos en esta temporada, nos queda la liga, donde el cuello de Pedro Martínez estará en juego.


Valencia Basket 58-63 Unicaja Málaga

Texto y vídeo: Javier Caro



No hay comentarios:

Publicar un comentario